En medio de la vorágine del día a día, es fácil sentirse sobrepasada por los cambios, noticias, nuevos escenarios y por la velocidad a la que ocurre todo esto.
Por eso es bueno de vez en vez pararse “subirse a unas escaleritas y mirar» y ¿por qué subirse a unas escaleritas? Para cambiar de perspectiva, de ángulo, de foco.
¿Te pasas eso de dar vueltas a una idea y siempre volver al inicio con la sensación de que algo se te está pasando?
¿Vives corriendo hacia algún lugar, sin saber muy bien hacia dónde, solo porque todos corren?
¿Realmente sabes hacia dónde te diriges en esa carrera diaria?
Es hora de hacer entrar al terreno de juego esas escaleritas para verlo todo de otra forma.
Tomar distancia para ganar perspectiva
Cuando te tomas un momento para subirte a unas escaleritas, te permites a ti misma tomar distancia de la locura cotidiana.
Te alejas del ruido y el caos para poder ver el panorama completo.
Esta distancia te brinda la perspectiva necesaria para entender dónde estás, hacia dónde te diriges y si ese camino realmente te lleva a donde quieres ir.
Me dirás que no tienes tiempo para parar.
Para convencerte voy a enumerar los problemas y desafíos que te acarrea el no cambiar de perspectiva.
- Es muy fácil perder el rumbo
- Tu estrés se dispara
- Pierdes oportunidades
- Te agostas y caes en la falta de motivación profesional
- No buscas innovar
- Las relaciones personales y profesionales empiezan a resentirse
- Sientes que no logras lo que te propones
- Los errores empiezan a ser más comunes.
- Pierdes de vista lo importante
- La creatividad empieza a desaparecer
Y todo esto lo sé porque soy una emprendedora más y sufro todas las problemáticas asociadas. 😊
Ahora te comento lo que me pasa cuando se toma cierta distancia (subida en la escalerita)
- Se ve el panorama más completo.
- El estrés está mucho más controlado.
- Se visualizan las posibles oportunidades.
- Hay mucha motivación en las tareas.
- Se encuentran soluciones innovadoras.
- Las relaciones, colaboraciones y alianzas se fortalecen.
- Sientes que lo estás logrando.
- Como estás concentrada, los errores son mínimos.
- Pones foco en lo importante
- Surgen las ideas creativas
Entonces….
Mejor nos subimos a las «escaleritas» para ganar perspectiva y planificar con cabeza ¿no?
Una vez que has ganado perspectiva desde lo alto de esas «escaleritas», es el momento de planificar con cabeza.
En lugar de seguir corriendo a ciegas, puedes trazar estrategias para alcanzar las metas más eficientemente.
- Pausa reflexiva: Dedica tiempo regularmente para desconectar del trabajo y de las distracciones diarias. Esto te permitirá ver las cosas desde una perspectiva más amplia.
- Definir objetivos claros: Al igual que cuando planificas tu ruta desde las «escaleritas», define tus objetivos con claridad. ¿Dónde quieres estar en tu carrera? ¿Qué logros deseas alcanzar?
- Estrategia y acción: Crea un plan estratégico que te ayude a llegar a tus metas. Define los pasos concretos que debes seguir y comienza a avanzar hacia ellos.
- Aprender de la vista panorámica: No olvides regresar a las «escaleritas» de vez en cuando. Reevalúa tus objetivos y ajusta tu estrategia según sea necesario. La visión estratégica es un proceso en constante evolución.
Escrito para Consutorias Visionarias
En Visionarias nos gustaría que este artículo te ayudara a mirar más allá de lo inmediato y a planificar con cabeza.
Que te subas a unas escaleritas a dar una mirada con luces largas, revisar y descubrir tus próximos pasos.
Si estás dispuesta a subirte a las escaleritas, te queremos mostrar las oportunidades que puedes tener al formar parte de nuestra #RedDeExpertas y también al consultar a alguna de las profesionales que la forman.
De qué va este artículo
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